06, Oct, 2014 en Odontología

En Isidro y Márquez nunca nos cansamos de decir que tener una buena higiene dental es la base para mantener una buena salud en nuestra boca. Por eso hoy nos vamos a detener en el uso del hilo dental, que junto al cepillado y el uso del colutorio, es uno de los pasos básicos a la hora de realizar la tarea diaria de cepillarnos la boca.

El hilo o seda dental es el elemento que menos se utiliza en la higiene diaria, ya sea por no saber cómo se utiliza o por puro desconocimiento de su existencia. Su principal función es la de limpiar entre los huecos de los dientes, evitando así que se acumulen restos de comida que provoquen la aparición de sarro y bacterias que pueden acabar dañando nuestras encías.

Existen dos tipos de hilos dentales: el de nylon, y el del PTFE. Este último es algo más caro, pero tiene como ventaja que no se deshilacha, por lo que es más cómodo de utilizar.

No es necesario utilizar hilo dental en cada cepillado, con utilizarlo una vez al día (lo más recomendable es por la noche), sería suficiente. A continuación os vamos a indicar los pasos para una correcta aplicación:

- Recorta unos 40 – 45 cm del hilo

- Enrolla el hilo en los dedos anulares e índices dejando unos 5 cm para la limpieza interdental

- Pasa el hilo entre los dientes, de arriba hacia abajo, de forma suave para evitar hacernos daño en las encías y muévelo de atrás hacia adelante con una leve inclinación.

- Una vez que el fragmento esté sucio retira el hilo y repite la operación con otro diente.

Aún así, si no consigues acostumbrarte, el hilo dental no es el único mecanismo de limpieza para los huecos entre los dientes. Existen los cepillos interdentales que también dan muy buenos resultados. Además, los hay de diferentes grosores, capaces de adaptarse a los espacios más estrechos.